Y si hay un paso que no puede evitar en ninguna rutina de cuidado de la piel ésta es la de aplicar la protección solar. Encima, todos los expertos coinciden en que el SPF es casi el cosmético más imprescindible en nuestra rutina diaria, siendo la mejor utensilio antiedad por su alta capacidad para proteger la piel. El SPF tiene que adaptarse a

En segundo lugar está su triple complejo antiedad a base de ácido hialurónico, serina y trehalosa que previene y corrige los signos del fotoenvejecimiento. Finalmente, sus activos reparadores y antioxidantes que neutralizan y reparan el daño solar. Tampoco se nos olvida su alta tolerancia Sliceánea que la hace idónea para todo tipo de pieles.